Analizan 280 muestras de agua embotellada y todas contienen plásticos tóxicos para nuestras células.

Analizan 280 muestras de agua embotellada y todas contienen plásticos tóxicos para nuestras células.

H2O Tratamientos, analiza un artículo que nos habla de los plásticos tóxicos del agua embotellada.

“Ni una sola se salva”. Así titulaba el periódico La Vanguardia un artículo del pasado 17 de enero sobre aguas comercializadas en botellas de plástico de un solo uso que ha realizado el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC) en colaboración con el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).

La metodología del presente estudio permite cuantificar las partícula de plástico por unidades de masa. Y esto supone un gran avance porque, como explica la autora del trabajo, Marinella Farré,  “nos permite cuantificar partículas de diferentes formas y de tamaños extremadamente pequeños, cosa que no sucede con otras técnicas”.

Dicho de otra forma, lo que viene a demostrar este estudio es que el agua envasada en botellas de plástico de un solo uso puede contener cientos de miles de microplásticos que han pasado desapercibidos hasta ahora. “Nuestro estudio de toxicidad mostró que tres tipos de plastificantes presentaban un mayor riesgo para la salud humana y, por tanto, deberían ser considerados en los análisis de riesgos para los consumidores”, añade Farré.

28 tipos de aditivos plásticos

En total, se han analizado 20 marcas comerciales que identificaron un total de 28 aditivos, entre los que no faltan los que se emplean para suavizar el plástico y aumentar su flexibilidad, además de estabilizadores, lubricantes, retardantes de llama y colorantes.

No todas las muestras tenían todos los restos identificados pero ninguna de ellas estaba completamente libre, tal y como aseguran los investigadores. Lo más preocupante es que entre esas “sustancias” se encuentra el ftalato de bis(2-etilhexilo) [DEHP], una sustancia orgánica que se supone que es tóxica para la reproducción humana y que el propio Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) la ha clasificado como sustancia “posiblemente carcinógena para el ser humano”.

agua embotella salud

También se han encontrado restos de polipropileno tereftalato (PET) en las aguas embotelladas, hallazgo que corrobora otro estudio de la Universidad de Columbia, publicado en la revista PNAS, sobre la presencia de nanoplásticos en el agua embotellada y del que se ha hecho eco El País. “De media , en cada litro se podía encontrar alrededor de un cuarto de millón de estos trocitos de plástico”, desvela el artículo.

Su botella contiene PET

En la industria de la alimentación, el PET se utiliza para almacenar alimentos fríos y líquidos. Pero, a diferencia de otros envases para alimentos, “no es apto para productos calientes y solo se puede utilizar una sola vez para reciclarlo posteriormente”, según el portal Envases del Mediterráneo. El problema -y esto lo decimos nosotros- es que muchas veces le damos varios usos a las botellas de plástico, que acaban golpeándose, se estrujan o se exponen a temperaturas elevadas, como cuando las dejamos en el coche o al sol.

Es entonces cuando principalmente se liberan estos elementos tóxicos, cuyos efectos para la salud apenas han sido estudiados. Lo que sí es cierto, tal y como explican los expertos de Barin, empresa dedicada a la aspiración de gases industriales, es que “el polipropileno es un plástico que resulta seguro hasta que se calienta o estropea, ya que se descompone y no solo puede contaminar lo que esté en contacto con él (por ejemplo, alimentos) sino que, además, puede generar pequeñas partículas tóxicas muy peligrosas si entran en contacto con nuestra piel o si van a parar a nuestros ojos”.

Así que tampoco hay que ser científico para deducir cuáles pueden ser los efectos de beber agua embotellada a medio o largo plazo. Por no hablar del impacto de los residuos en el medio ambiente y, por supuesto, para las nuevas generaciones. 

¿Y qué pasa con el agua del grifo?

Comparando estos resultados con otro previo que analizaba el agua del grifo de Barcelona, la concentración de micro y nanoplásticos es similar. «La principal diferencia que encontramos es el tipo de polímero: en el agua del grifo encontramos más polietileno (PE) y polipropileno (PP), mientras que en el agua embotellada hemos detectado mayoritariamente PET», indica Cristina Villanueva, investigadora del ISGlobal.

Lo cierto es que, como hemos visto recientemente tras el vertido de pellets en las costas de Galicia y Cantabria, vivimos bajo la constante amenaza de la “plastificación” de nuestros ecosistemas. Así que, de una forma u otra, los microplásticos acaban depositándose en el agua que bebemos.

¿Cómo podemos impedirlo?

 La mejor manera es utilizar un buen equipo de ósmosis inversa, ya que estos equipos de filtración de agua son la última y más directa solución para eliminar las posibles partículas tóxicas que se cuelan por los grifos de nuestros hogares. 

En H2O Tratamientos somos especialistas en instalaciones domésticas e industriales. Si tienes interés en conocer nuestros equipos, escríbenos o llámanos al 958 465 589.